Hijo mío, nunca haré por ti lo que sé que puedes hacer por ti mismo.

Hijo mío, nunca haré por ti lo que sé que puedes hacer por ti mismo. 

Nunca te robaré la oportunidad de que te demuestres a ti mismo tu capacidad y talento. 

Te veré en todo momento como el creador capaz, eficaz y poderoso que has venido a ser y te observaré desde cierta distancia como tu sección de alentadores más ferviente.

Pero no voy a hacer por ti lo que querías hacer por ti mismo. Lo que sea que necesites de mí, pídelo.

Siempre estaré aquí para felicitarte y ayudarte.
Estoy aquí para animar tu desarrollo, no para justificar mi experiencia a través de ti.

Abraham-Hicks
14 de julio de 1999