miércoles, 10 de junio de 2015


Por otra parte, tampoco hay mucha diferencia entre intentar controlar una situación y querer influir en una situación para que sea diferente de lo que es, salvo el hecho de hasta dónde quieres llegar para conseguirlo. 
En otras palabras, cuando quieres influir, puedes usar palabras para intentar persuadir —incluso amenazas para coaccionar—, mientras que en una verdadera actitud de control puedes utilizar palabras más fuertes, o incluso llegar a la acción, para corregir la conducta de otro.
Pero hay una diferencia todavía más importante que queremos destacar aparte de la que existe entre la influencia y el control: la de intentar lograr lo que deseas fijándote en lo que no deseas e intentar lograrlo fijándote en lo que sí deseas.
La primera se basa más en intentar motivar a otra persona para que tenga otra conducta; la segunda, en inspirarla para que cambie su comportamiento.
En tu intento de motivar, al concentrarte en lo que no deseas, no tienes el beneficio o la ayuda de tu verdadero poder.
Pero cuando te centras por completo en lo que sí deseas —liberándote de toda resistencia u oposición a tu deseo—, estás conectando con la Energía que crea los mundos y tienes una gran influencia.
Al conectar y permitir tu verdadero poder, tu poder para influir en los demás es enorme.

El Vórtice.
La ley de la atracción en nuestras relaciones.
Abraham.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.