Los momentos positivos que vivís en una relación no se deben a la armonía que encontrasteis el uno en el otro (que ahora parece haber desaparecido), sino porque habéis sintonizado con quienes-sois-realmente.
Es cierto que es más fácil sintonizar contigo mismo cuando no te centras en lo que no deseas.
Por lo tanto, una persona agradable que está intentando complacerte puede servirte como objeto de atención positivo y no te provocará ninguna distracción de tu estado de armonía.
Pero la creencia de que otra persona te está «haciendo» feliz es incorrecta.
La felicidad es tu estado natural.
El entendimiento correcto es que en esos momentos estás utilizando a esa persona agradable para no apartar tu concentración de quien-eres-realmente; mientras que en tu estado de infelicidad estás usando a esa persona para alejarte de quien-eres-realmente.
El Vórtice.
La ley de la atracción en nuestras relaciones.
Abraham.
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